lunes, 21 de abril de 2014

AVES Y LITERATURA. FARRUSCO, EL MIRLO.

FARRUSCO.

Así se titula el cuento del escritor portugués Miguel Torga (1907-1995) incluido en su libro "BICHOS", publicado en 1940, cuya lectura recomendamos. Aprovechad que estamos en la Semana del Libro. Hemos traducido unos párrafos de este cuento donde habla de un Cuco, un Mirlo y una joven bastante ingenua. El Mirlo se llama Farrusco, que podría traducirse como "tiznado", sucio de carbón u hollín.

"Dentro de la poza del Pantano hay ranas. En aquella agua cubierta de berros y de juncos viven cientos de ellas. Pero a la vuelta, en el seto de membrilleros, zarzales y romero vive Farrusco, el mirlo. Esto se sabe desde que en cierto atardecer de agosto, Clara preguntó al Cuco que se posaba en el pino de enfrente:
- Cuco del Miño, Cuco de la Beira, cuántos años me das de soltera (solteira en el original)?

El Cuco tunante, miró desde allí, la vio y respondió:
- Cucu... Cucu... Cucu...

Tres años?! La moza se quedó impactada. Rodrigo terminaba el servicio militar de ahí a tres días, y le había prometido llevarla al altar inmediatamente después. Qué significaba, entonces, semejante demora? Afligida, se acercó a Isaura, la casamentera, sorda como una tapia, que a su lado cavaba el maíz, y le gritó al oído desesperada:
- Ya ve? Qué le decía yo?

Isaura no lo podía creer:
- Oíste mal!...
- Ojalá no lo hubiera oído! Los conté bien.

Y fue entonces cuando Farrusco soltó la primera carcajada. Qué bonita! Una cascada de semicorcheas descaradas, como si alguien rasgara un tejido áspero, duro y largo en el silencio de la  serena tarde, que el desánimo de Clara llenó súbitamente de melancolía."

(....)

"Y cuando la noche se aproximaba, dispuesta a sellar con su negrura aquella tristeza humana, fue necesario que Farrusco, nuevamente solidario con los derechos de la moza, saltase de la espesura del seto para la punta de una estaca, e hiciese resonar en el cielo quieto y caliente una segunda carcajada. Discordante de tal modo, fresca, saludable y prometedora, que la muchacha recobró el ánimo."

(....)

"Después, confiada, junto su alegría a la del Mirlo. Soltó también una carcajada cristalina, que salió de los verdores del maíz, pasó por las plumas brillantes de Farrusco, y fue a pegar como castigo en el oído desafinado del Cuco."

(....)

"Pero el crepúsculo comenzaba a nublar el cielo, y Farrusco iba cerrando dulcemente los ojos, echado en la dura cama. La vida que le enseñó su madre, simple, honesta, espartana, no le permitía lujos de fiestas nocturnas. Por la mañana, cuando el sol venía aún allá para Gallegos, ya tenía que estar en pie, listo para comer los bichos de la vega, y reír de nuevo si alguna cabeza de Vilar de Celas se fiaba otra vez del embustero Cuco."

No hay comentarios:

Publicar un comentario