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jueves, 24 de abril de 2014

ARRABALES MEDIEVALES DE PLASENCIA

Publicamos hoy un nuevo itinerario o paseo guiado e interpretado, aunque ya son bastantes personas las que han podido disfrutarlo. No obstante, tal como es costumbre en Oeste Natura, lo damos a conocer como nuevo servicio a través de este medio de comunicación con nuestros clientes y seguidores. Lo hemos denominado, como figura en el título de esta entrada, Arrabales Medievales de Plasencia y muestra la cara oculta de la ciudad; no por eso menos bella e interesante.



                
Comienza este paseo interpretado y guiado en la parte exterior de la Puerta de Coria, una de las zonas de acceso al recinto amurallado que delimitaba y contenía la Plasencia medieval. De las diversas funciones que la muralla cumplía en el pasado, una muy importante era hacer de límite físico entre la ciudad y lo que no era ciudad: los arrabales, el campo…


Proponemos recorrer esa periferia suburbana medieval que está constituida por algunos de los históricos arrabales de Plasencia y por el río Jerte como su primitivo eje industrial. Comenzamos por el Arrabal de San Lázaro, espacio urbano cuyo carácter marginal se ha mantenido a través de los siglos, y terminamos en el Arrabal de San Juan, como uno de los espacios urbanos extramuros de mayor antigüedad. Te contaremos sus curiosidades y sus secretos mejor guardados, datos que no podrá encontrar en ninguna guía turística al uso.

Y entre ambos arrabales, recorreremos la parte más importante del más antiguo espacio industrial de Plasencia; determinado por el curso fluvial del Jerte, que circunvala la ciudad, y cuyas aguas fueron esencial fuente de energía para los diversos ingenios hidráulicos que aún podemos contemplar.



Las características medioambientales del paseo fluvial nos transportarán, en apenas cinco minutos de distancia de la Plaza Mayor, a un espacio natural lleno verdor y con abundancia de árboles de ribera, lo que nos dará sensación de estar en plena naturaleza. Es el milagro que aporta la presencia de un río a las puertas mismas de una ciudad.

Con estos componentes, el recorrido propuesto les ofrece dos horas de disfrute natural y cultural que no se deben perder.