Siguiendo con nuestras
recomendaciones para quien desee iniciarse en la práctica de la observación de
aves, vamos a dar un paso más. Suponiendo que ya tenemos el equipo necesario,
es el momento de dar el paso definitivo: salir al aire libre y comenzar a
probar. No obstante, vamos a repasar nuestro equipo.
Prepararemos una pequeña mochila
donde llevar todo con comodidad. En la mochila guardaremos todo lo
imprescindible: los prismáticos, nuestra guía de aves, un cuaderno de campo
donde hacer anotaciones, y utensilios de escritura (lapiceros y bolígrafos). Es
recomendable llevar más de un lapicero o bolígrafo, por si nos fallara.
El cuaderno de campo es un
elemento de mucha ayuda. Nos servirá para anotar las especies identificadas y,
en algunos casos, el número de ejemplares vistos. También nos servirá para
recoger las características morfológicas, de color de plumaje y demás rasgos
identificativos de las especies dudosas o no identificadas; al principio, serán
muchas. No hay que desanimarse. Otra utilidad del cuaderno de campo es que nos
permitirá hacer dibujos de aves (esto para los más habilidosos y para los
artistas) o de lugares determinados que sea importante recordar por algún motivo:
emplazamiento de nidos, por ejemplo. Para esto puede servirnos cualquier
libreta de tamaño bolsillo y preferentemente de pastas algo rígidas, para poder
escribir mejor.
Cargar con los prismáticos suele
acabar siendo cansado y puede llegar a producir alguna molestia en el cuello y
las cervicales. Hay distintas soluciones. Podemos comprar una correa de calidad
con protecciones y rellenos para la zona del cuello, que son mucho más cómodas.
O podemos adquirir un arnés para binoculares. Yo tengo unos y, por mi
experiencia personal, los recomiendo. Reparten el peso en los hombros, no sobre
las vértebras cervicales, de modo que parece que no llevas nada. También se bambolean
menos al andar.
Una vez preparada la mochila y
comprobado que llevamos todo lo necesario, elegiremos nuestro vestuario. Muy
importante es usar un calzado cómodo y adecuado a las condiciones
meteorológicas del momento elegido para la salida. También muy importante es el
colorido de la ropa, debiendo evitarse el uso de prendas de colores vivos y
llamativos. Lo más recomendable es usar colores oscuros y discretos: verdes,
marrones, colores de la tierra, etc. Llamaremos menos la atención y no
ahuyentaremos a las aves. En conclusión, veremos más pájaros y mejor vistos.
Finalmente, nuestro vestuario
será acorde a la estación del año y a la temperatura o humedad que haya.
Siempre es mejor vestir prendas cómodas y que nos permitan una agradable
confortabilidad térmica. El uso de sombreros o gorras es opcional y va en
gustos, aunque pueden darnos protección ante diferentes elementos naturales:
viento, sol, lluvia… También deberemos elegir colores oscuros y no llamativos.
Con todo esto, estaremos en
condiciones de hacer una primera salida para avistar aves.
No hay comentarios:
Publicar un comentario