miércoles, 25 de septiembre de 2013


LA BERREA EN MONFRAGÜE

Últimamente, cada vez que voy al parque nacional de Monfragüe en fecha señalada, acabo de mal humor, por la forma poco adecuada del comportamiento de algunos visitantes, y muy preocupada con la forma en que se lleva la gestión de este espacio natural, tan querido por los extremeños.

La visita más reciente tuvo lugar el pasado fin de semana, con motivo de asistir al impresionante fenómeno de La Berrea. Era la primera vez que acudía en fin de semana, ya que en anteriores ocasiones había ido siempre una tarde cualquiera, entre semana. Los que tenemos la suerte de vivir tan cerca, podemos permitirnos ese lujo. Y claro, acostumbrada a ver y oír La Berrea en total silencio y en compañía de pocas personas, respetuosas, y amantes de la naturaleza en estado puro, lo del pasado sábado fue un verdadero impacto.

No saben cuánto lamento tener que decir esto pero, el sábado Monfragüe más parecía un parque de atracciones que un parque nacional. Los miradores estaban tan concurridos como “ferias” y el lamentable espectáculo que podía contemplarse era: familias con niños, todos dando de comer a las confiadas hembras. Todos alegres y bulliciosos, encantados con la proximidad de los animales. Seguro que los niños disfrutaron, pero es muy mala costumbre dar comida a los animales salvajes, que pueden llegar a acostumbrase a la presencia humana.


Las personas bienintencionadas del otro día, le ofrecían pan, pero puede que ese ciervo se encuentre con otras personas no tan benignas (cazadores furtivos, por ejemplo), y se acerquen a ellas confiados sin prever las consecuencias. Piensen en esto y, por favor, no den más comida a las ciervas.

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